Esta es una nota que publicamos en la revista Citrobaires, publicación cuatrimestral del Citroën Club Buenos Aires, de la cual soy el editor. Me pareció interesante publicarla aquà para que sirva de ejemplo para aquellos que no encuentran abandonos, muchas veces un pequeño abandono, como un auto en este caso, puede esconder una historia fascinante, solo es cuestión de no ser indiferente a nada e indagar las historias que hay detrás de cada uno de ellos. (En la nota siguiente solo omità la ubicación del auto).
Una milonguita para un milonguero
Por Carlos Guarella
Cada vez que cruzaba por la esquina de ........, mi mirada se posaba en un viejo automóvil Citroën 2CV, que hoy está en un estado deplorable (como en la foto que se muestra).
Lo conocà hace algunos años cuando estaba muy bien cuidado, brillante y luciendo bajo la sombra de los árboles su espartana imagen.
Como acostumbro a hacer cuando algo llama mi atención, me ocupé por averiguar que historia se escondÃa en aquel vehÃculo.
Un recordatorio: el Citroën tuvo muchos apodos para identificarlo. Asà como el Fiat 600 se lo conoció por "La bolita" o "El fitito", éste fue denominado por la fábrica como "La Rana", pero el imaginario popular lo bautizaron como "El atento", porque parecÃa que sus ocupantes iban saludando, debido al sistema original de la suspensión; "Villa miseria", porque eran cuatro chapas y un pedazo de lona, y el que más se graficaba y por ello el tÃtulo de la nota fue: "Milonguita", por aquel tango que decÃa: "Milonguita, los hombres te han hecho mal".
La dueña de la casa donde se encuentra estacionado el Citroën se llama Celina y me contó este relato: el propietario del auto se llamó BenjamÃn "Cholo" Alsina, un señor amante del tango y de la noche porteña, fue un auténtico dandy milonguero que supo tener fortuna que la dilapidó en noches de escolazo y entonces le alquiló a Celina una habitación tipo boardilla, para tener un sitio donde vivir junto a su gato "Apolo".
Todas las tardecitas entre las 19 y las 20 "Cholo" salÃa todo engalanado, con traje negro o azul oscuro, camisa blanca, corbata y zapatos muy lustrosos. SubÃa a su Citroën y rumbeaba para los distintos clubes tangueros donde enseñaba a bailar la danza porteña junto a su compañera de baile "La polaca" Elida.
Regresaba de la milonga cerca de las seis de la madrugada y dormÃa hasta las dos o tres de la tarde, tomaba sus habituales mates y luego comenzaba a prepararse para volver a ejercer su pasión por el dos por cuatro.
Por supuesto, que toda esa actividad desarrollada a través de años de trasnochar, consiguieron minar su salud por cigarrillos y bebida.
Primero estuvo un tiempo internado en el hospital Pirovano, y cuando el "Cholo" tomó conciencia de la gravedad de su estado de salud y el cercano final dejó escrito un legado en poder de Celina.
Anteriormente a su internación habÃa hecho colocar en la parte inferior del asiento del conductor una caja soldada con tapa abisagrada y candado.
Falleció en el hospital y su último deseo fue que sus cenizas fueran depositadas en la caja ubicada debajo del asiento del Citroën y que lo dejaran estacionado donde él acostumbraba y hasta que Dios y las autoridades dispusieran su traslado. Hasta la fecha continúa allÃ.
Todos los que pasan por el lugar no imaginan esta historia y el secreto que esconde.
Los vecinos me han contado que algunas veces ven al gato "Apolo" quedarse dentro del auto por horas, luego se va y vuelve a la boardilla que alquilaba "Cholo".
Es evidente que donde menos suponemos puede surgir una historia con ribetes insólitos.
Será hasta nuestro próximo encuentro.
Carlos Guarella hace 15 años que es taxista y remisero. Su profesión original es Dibujante, Ilustrador y Diseñador Gráfico. Además es historietista y estudió con maestros del dibujo como Alberto Breccia y Hugo Pratt. También es Maestro Mayor de Obras. Trabajó muchos años como diseñador para importantes laboratorios medicinales, desarrollando literaturas, folleterÃa y packaging. Integró la Asociación Argentina de Promotores Publicitarios y fue editor y director de la revista "Horas de Radio", un mensuario de 10.000 ejemplares que se vendÃa en todos los kioscos de Capital y GBA. Fue productor y conductor de varios programas radiales en distintas emisoras y columnista. Sus placeres: manejar automóviles; dibujar, escribir y la hacer radio. Tiene 66 años y el auto que maneja en la actualidad es un Chevrolet Corsa Wagon. Trabaja al volante 12 horas diarias.