Mina Los Cóndores (4ta. parte)
Y ahora si por fin la última parte, el interior de la mina.
Les cuento, solo se puede acceder al interior de la mina con un guÃa, usan lo que fue el restaurante como centro de atención y vestuario, porque hay que ponerse botas y casco ya que hay partes del recorrido que está inundado y los túneles en ciertas zonas son muy bajos, yo con 1 metro 90 agradezco al casco porque ahà adentro no se ve absolutamente nada, a pesar de las linternas que nos dieron, me chocaba el casco a cada rato con el techo del túnel, hay que caminar casi siempre agachado. También se usan pilotines después de los dÃas de lluvia porque hay muchas filtraciones que caen de los techos.
La mina tiene 7 niveles que se extienden unos 400 metros hacia abajo, solo se puede acceder al nivel 0, que es el que está a nivel del piso, los niveles inferiores están totalmente inundados. El recorrido son unos 450 metros, desde la entrada hasta la torre de los ascensores que pudieron ver en la primera parte del informe y se descienden unos 50 metros por debajo de la montaña. Suficiente recorrido para darse cuenta las condiciones en las que trabajaban los mineros, la humedad elevada y la temperatura baja que se sienten en los pulmones, sumado a la poca visibilidad, no son el lugar ideal para los claustrofóbicos! En un momento el guÃa hace apagar todas las linternas, la obscuridad y el frÃo se apodera de todos, lo único que podemos escuchar son las gotas de agua que caen en varios lugares, es una experiencia única de la que salimos llenos de distintas emociones.
Como en todas las minas, esta no es la excepción, aquà murieron cientos de personas por derrumbes o explosiones y sus cuerpos nunca pudieron ser rescatados, el más famoso fue un derrumbe que sepultó a 40 trabajadores rusos que aún permanecen en el interior de la montaña generando miles de supersticiones, como la cueva de la muerte, en el nivel 200, donde se les aparecÃa a los mineros el descabezado, o en aquella galerÃa abandonada oscura y tétrica donde se escuchaban desgarradores gemidos o las sombras de personas desmembradas que aparecÃan por todos lados y los incansables repiqueteos de picos que se escuchaban por las noches cuando ya nadie trabajaba dentro de la mina. El guÃa nos cuenta que aún hoy por las noches se escuchan lamentos y golpes de martillos por eso nadie quiere pasar la noche en este pueblo abandonado... Fascinante!
No más palabras, entremos a la mina:
Es increÃble el colorido de las paredes de los túneles, hay azulino, sulfatos de cobre, de hierro, etc.:
Esta es la veta de mica, cuarzo y mica a la que estaba pegado el tungsteno:
Esta es la torre de los ascensores que 50 metros hacia arriba podemos ver desde afuera:
La misma torre hacia abajo donde todos los nieveles están inundados:
Esto es el orificio que taladraban los mineros en la roca para poner los cartuchos de dinamita:
Por último no podia resistir la tentación a poner una foto de la heroina del viaje, la Citronave:
Espero lo hayan disfrutado casi tanto como yo, solo recorrà un 40% del pueblo, siempre hay que dejar algo para tener la excusa de regresar!