Toda mi vida desde los 3 años iba a las playas de un puerto en la Costa, uno o dos meses en los veranos, de vacaciones. Asà fui amando el silencio, el misterio de ese lugar, y paseaba pos sus playas y descubrÃa, ya más grande, la magia de sus casonas antiguas.
La que expongo aquÃ, fue la única que pude recorrer antes de su demolición en 1982. HabÃa muchas allÃ, y creo que quedan algunas.
Aprovecho para decir aquà que deploro abiertamente y hasta dirÃa odio a todo aquel que decide tirar abajo casonas históricas, sean de donde fuere, gente insensible y que sólo piensa en negocios. Afean el lugar con construcciones horribles y no respetan el pasado, haciendo perder belleza a los sitios donde se emplazaban dichas mansiones.
En esta foto vemos toda la casona en 1979, que ya llevaba abandonada muchos años. Nadie nunca me supo contar sobre quiénes fueron sus dueños. Su abandono fue un misterio.
Aquà vemos un detalle de una ventana del ático. Confieso que su recorrida en ese año (yo tenÃa 15 años) me ponÃa la piel de gallina.
Esta es la entrada de servicio. Aún se conservaban las persianas de madera que estaban cerradas. El de la foto soy yo a los 15 años.
En el año 1981 fue empezada a demoler. Yo fui de visita en Semana Santa de ese año con unos amigos, y la visitamos de noche. Fue una experiencia aterradora. TodavÃa recuerdo entrar al sótano con nuestra linternas y, repentinamente, iluminar unos ojos brillantes de un gato negro frente a mÃ. ¡Qué pánico tuve! Al instante descubrimos que era la foto de un gato negro en un cajón de frutas que se llamaba "El gato negro".
Esta es la imagen de la entrada de atrás en 1982. Mi desazón no tuvo lÃmites.
Y para finalizar, una foto del interior, algo oscura, de 1979, donde aún estaba toda la maravillosa baranda de madera.