¡Excelente Guido!
Te mandé 5 caelines caelosos!
El tema del encanto de los lugares que uno disfruta de pequeño es muy importante...
Yo cuando entré aquà justamente hablaba de eso. Y he llegado a la conclusión de que eso se pierde para siempre. Porque ahora de grande lamentablemente uno ve y piensa racionalmente todo: desde quién habrá sido el constructor, los albañiles, quién pagó la construcción, etc. Todas esas pavadas de chico no existen: sólo hay lugar para la fantasÃa y a quién le interesan los acontecimientos vulgares y mundanos de cómo, por qué y quién hizo qué cosa, ¿no?